Era muy cobarde y no era capaz de aguantar las emociones
fuertes por eso el día que Karina me había propuesto tirarme del muelle no dudé
ni un segundo en responderle con un <<¡No!>> rotundo pero nunca
había experimentado esa sensación. Ya lo había intentado unas tres veces pero
todas sin demasiado éxito, no era capaz. Era una cobarde y una
indecisa.
Al día siguiente apareció
en el muelle un chico alto, rubio y de ojos azules con una botella de alcohol
en la mano. Pensé que iba a hacerme daño pero ante la sonrisa que asomó en su
rostro en el momento en el que me vio; me relajé. Los chicos que acudían al
muelle día tras día también estaban allí pero yo nunca les hacía caso ante su
proposición de tirarme al agua desde arriba del todo. Eran muy pesados y a veces
me cansaban demasiado porque no dejaban de repetírmelo una y otra vez. Era
demasiada altura para mi gusto. No quería darle un disgusto a mi madre y no me
atrevía. El chico rubio se acercó a mí.
Me llamo Ethan. - dijo mientras me tendía la
mano esperando a que yo le dijera mi nombre. No dudé ni un segundo en
decírselo. - Soy inglés vivía en Reino Unido pero me he mudado con mis padres
con motivos de trabajo. ¾
No entendía por qué me
contaba su vida pero me invitó a sentarme a su lado y siguió hablando. Me contó
como su mejor amigo adoraba las emociones fuertes decía que le hacían sentir
vivo pero que él nunca se había atrevido a nada. Resulta que su amigo había
muerto porque mientras cruzaba en un paso de peatones una furgoneta lo había
atropellado. Por eso tenía la botella de Whiskey en la mano y le daba un trago
cada vez que tenía una oportunidad. Intentaba ahogar sus penas en
alcohol.
En momentos como ese es cuando nos
arrepentimos de no haber experimentado algo increíble y te aseguro que tirarse
desde aquí te hace sentir libre como un pájaro. ¾
No quería que sus palabras
me convencieran pero lo hicieron porque me levanté de donde estaba y empecé a
coger carrerilla. Ethan me gritaba una y otra vez que su intención no era
convencerme de que me tirara pero dejé de escucharlo cuando noté que mis
piernas estaban en el aire sobre ninguna superficie. Volé por unos segundos
pero me habían parecido una eternidad y de repente me vi rodeada de mar. No
podía respirar y abrí los ojos. Noté un ruido lejano y un brazo que me agarraba
con fuerza. Saqué la cabeza a la superficie y vi como Ethan estaba a mi
lado.
Muchas gracias. - le dije. - ¡Me ha encantado!
- dije mientras las lágrimas bañaban mi rostro y él me miraba con una
sonrisa. ¾
No quería que dijera nada,
solo necesitaba disfrutar de ese momento como si fuera la última vez.
Me preguntaba cómo había
llegado hasta mi lado si tan solo habían transcurrido unos segundos pero lo
único que me importaba era desacelerar mi ritmo cardíaco y recuperar la respiración.
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